Intel presenta a la familia Poulson de chips Itanium

La arquitectura Itanium ha sidouna mancha en el expediente del gigante de Santa Clara. Los primeros chips Itanium fueron lanzados en 2001, pero su rendimiento estuvo muy por debajo de lo esperado. Desde entonces, ha sido un camino cuesta arriba para la arquitectura. Entre el retiro de soporte por parte de algunas empresas de software y la batalla legal entre HP y Oracle, la situación de Itanium era crítica como mínimo. Sin embargo, Intel ha lanzado a Poulson, la nueva familia dentro de esa arquitectura. La actualización a nivel de hardware es tan drástica, que se habla de un aumento en el rendimiento de hasta dos veces y media frente a la generación anterior.

El hardware destinado a servidores de alto nivel suele tener muy poco contacto con los usuarios que están acostumbrados a plataformas y arquitecturas más accesibles, pero no por eso resulta ser menos importante. Tomemos el caso de Itanium, la arquitectura que Intel y HP llevan años desarrollando. El primer chip Itanium fue lanzado en 2001, y honestamente no le fue muy bien. De hecho, fue tanto lo que se esperaba de este nuevo hardware, que el término “Itanic” ganó tracción rápidamente entre sus críticos. Se lo dio muchas veces por muerto, y no quedó ajeno a ciertos torbellinos legales. El más reciente fue entre Oracle y Hewlett-Packard. En marzo de 2011, Oracle había anunciado que abandonaría el soporte para Itanium, lo cual generó una reacción inmediata de HP, acusando a Oracle de incumplimiento de contrato. En febrero pasado se supo que HP le había pagado a Intel casi 700 millones de dólares para mantener el desarrollo de Itanium, y en agosto, la justicia le dio la razón a HP, por lo que Oracle debe mantener el soporte.

Los cambios son muy grandes, al igual que el aumento en el rendimiento

Cualquier rumor sobre una falta de compromiso por parte de Intel fue aplastado con el lanzamiento de los nuevos Itanium 9500, que son parte de la familia conocida como Poulson. Estos nuevos procesadores representan un avance drástico en comparación con las especificaciones de la familia previa Tukwila. De hecho, con estos nuevos Itanium Poulson, Intel salta directamente de 65 a 32 nanómetros, duplica la cantidad de núcleos disponibles, incrementa las frecuencias base (por ejemplo, el Tukwila más rápido tiene la misma frecuencia que el Poulson más lento), duplica la cantidad de instrucciones por ciclo, e incluso logra bajar tanto el TDP como el consumo de energía en modo de espera (hasta un 80 por ciento). De acuerdo a los benchmarks publicados por Intel, los nuevos Poulson pueden entregar hasta dos veces y media el rendimiento en comparación con un chip Itanium de la generación previa, pero puede ser aún más alto si se aplican las optimizaciones de software correspondientes.

Con esos números, los fabricantes tienen razones para sentirse entusiasmados, ¿pero será suficiente para que Itanium gane más relevancia?

A esto se le suma la intención de Intel de “unificar” varios aspectos de Itanium y Xeon, comenzando por un zócalo compartido. De más está decirlo, no es algo que verás instalado en un sistema de escritorio. Son procesadores que pueden tener hasta 32 megabytes de caché L3 y un TDP de 170 vatios, que operan bajo sistemas operativos específicos, y con precios que superan la barrera de los cuatro mil dólares. Definitivamente es una buena noticia para aquellos que despliegan servidores basándose en Itanium, y en especial para HP, que domina la gran mayoría del mercado en esa arquitectura. Los nuevos Poulson disipan cualquier posibilidad de cancelación por unos cuantos años, pero la unión programada con el hardware Xeon no ha pasado desapercibida. De hecho, era algo que se esperaba desde hace un tiempo.

* fuente: neoteo.com