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lunes, 23 de abril de 2012

Calyx: un ISP que prioriza la privacidad



En los últimos tiempos hemos visto como varios proveedores de servicios de conexión a Internet han sido presionados por agencias gubernamentales (como el FBI) para proporcionar datos sobre sus clientes y los hábitos de estos. Estas acciones buscan identificar, por ejemplo, a quienes intercambian contenidos con derechos de autor. Nicholas Merrill ha puesto en marcha un proyecto para crear un ISP “a prueba de FBI”, construido de forma que le resulte imposible entregar esos datos aún cuando quiera hacerlo. Pasa, lee y entérate de que se trata. La posibilidad de que el FBI u otra agencia gubernamental pida información sobre los clientes de un ISP (Internet Service Provider, o proveedor de servicios de Internet) pende sobre la cabeza de los usuarios como una suerte de espada de Damocles moderna. Y se trata de una situación que lejos de ser poco común, se vuelve cada día un poco más habitual. La presión que ejercen las grandes empresas discográficas o estudios de cine -entre otras- sobre los gobiernos impulsan a estos a legislar leyes que a menudo resultan como mínimo extrañas. Hemos visto como algunos engendros como SOPA incluso permitirían que la agencia de control de turno sea capaz de leer todo lo que pasa por tu conexión para asegurarse de que no estás intercambiando textos, música o videos con derechos de autor. A pesar de que se puede discutir si dicho intercambio o no es un delito, lo que no tiene demasiado sentido es que se vulnere la privacidad de todo el mundo -inocentes incluidos- solo “por si las dudas”. Como sea, muchos ISP han resistido todo lo posible a entregar datos de sus clientes, pero en general la presión ejercida es lo suficientemente fuerte como para que terminen cediendo. Afortunadamente, parece que hay una posible solución a este problema. El responsable de ellos es Nicholas Merrill, un norteamericano de 39 años, residente en Nueva York, que tiene la intención de revolucionar la idea de “privacidad en línea” mediante un concepto tan simple como ingenioso: crear un proveedor de telecomunicaciones diseñado desde cero para proteger a sus clientes de las demandas gubernamentales. Merrill, que conoce bien el problema (resiste con uñas y dientes demandas de parte del FBI, recorriendo tribunales desde 2004), está recaudando fondos para poner en marcha un "proveedor de servicios de telecomunicaciones de alcance nacional, sin fines de lucro, orientado a la privacidad gracias al uso de algoritmos de cifrado en todas sus partes", llamado Calyx, capaz de brindar a sus abonados servicios de telefonía móvil y conexión a internet por unos 15 euros (20 dolares) al mes. El secreto del concepto de Merrill es, sin dudas, el cifrado de los datos. En su proyecto piensa utilizar un algoritmo de cifrado lo suficientemente sólido como para que resista cualquier intento de ser vulnerado por las agencias gubernamentales. De hecho, la idea contempla un esquema de protección lo suficiente complejo como para que ni siquiera el propio ISP pueda conocer que es lo que circula por sus redes. Esto es fundamental, ya que si bien ha habido casos en los que el FBI solicita al ISP que entregue los datos que han “traficado” sus usuarios por sus redes, el proveedor no puede entregar algo que desconoce. En otras palabras, ni aún presentando todas las demandas del mundo podrían conseguir que la empresa de Merrill sea capaz de decodificar y entregar los datos originados en las conexiones de sus abonados, ya que el sistema de encriptación utilizado les impediría “abrirlos” para brindárselos al FBI. Y los datos “crudos” serían imposibles de ser desencriptados por la agencia del gobierno, por lo que se mantendría la privacidad a salvo. Merrill dice que las bases sobre las que se asentará su emprendimiento se pueden resumir con tres reglas simples: “el cliente y su privacidad serían los dos pilares más importantes”, “el cifrado de todos los datos de navegación web y correo electrónico de forma que incluso el propio proveedor no sea capaz de verlos aún si quisiera hacerlo” y “ una serie de políticas donde el proveedor no debería hacer caso a las solicitudes de los gobiernos sobre la información privada de los usuarios.” Para poner en marcha un proyecto así hace falta dinero, y Merrill lo está buscando a partir del aporte de sus futuros usuarios. Intenta recaudar unos 2 millones de dólares a través de los aportes que navegantes de todo el mundo hacen en el sitio IndieGoGo y, según cree, “hay una muy buena posibilidad de que se consiga ese dinero. La demanda popular de un servicio como este es muy fuerte, la tecnología actual alcanza para convertirla en realidad”. ¿Que te parece?


 * fuente: neoteo.com


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